Veracruz bajo el agua y sobre el despilfarro

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En Veracruz, durante el sexenio de Cuitláhuac García Jiménez, las decisiones parecieron responder más a caprichos que a necesidades reales. En lugar de invertir en obras públicas, saneamiento y mantenimiento urbano, se destinaron recursos a proyectos como el estadio Luis Pirata Fuentes, que hoy arrastra una larga lista de irregularidades.

Un estadio mal hecho y mal justificado

El informe de la Cuenta Pública 2024 del Órgano de Fiscalización Superior (Orfis) reveló un daño patrimonial de 160 millones 331 mil pesos en las etapas dos y tres de la obra insignia del gobierno de García. El proyecto fue ejecutado por el Instituto de Espacios Educativos del Estado de Veracruz, y las auditorías detectaron múltiples fallas: barandales oxidados e inestables, butacas sin visibilidad, estatuas sin restaurar, problemas de isóptica, césped desprendido, tuberías mal colocadas y riesgo de inundaciones en plateas.

Incluso detalles básicos como el espacio entre filas de butacas o los registros eléctricos con tapas oxidadas fueron ignorados. Para colmo, la estatua de bronce de Luis “Pirata” de la Fuente, que debía ser restaurada con medio millón de pesos, quedó olvidada.

Un elefante blanco que nadie quiere asumir

Más allá de los errores técnicos, lo preocupante es la falta de responsables. El estadio, que apenas ha albergado torneos de bajo perfil —incluyendo uno de influencers—, se ha convertido en un símbolo del derroche y la falta de visión. Un espacio riesgoso para los pocos asistentes y un recordatorio de que cuando las prioridades se desvían, las consecuencias las paga la ciudadanía.

¿Y los responsables? Silencio institucional

En este contexto, surge una pregunta inevitable: ¿cuándo se investigará a José Luis Lima Franco, exdirector de finanzas de Cuitláhuac y recientemente nombrado titular del INDETEC, así como a Luis Javier Gómez Cazarín, operador político y diputado local que impulsó el proyecto?

Ambos fueron piezas clave en la ejecución de una obra que hoy representa un gasto innecesario y una oportunidad perdida para atender necesidades urgentes en infraestructura y protección civil.

Rocío Nahle, momento de tomar decisiones firmes

La actual gobernadora Rocío Nahle, quien ha demostrado carácter y determinación en sus primeros meses de gestión, tiene ante sí una oportunidad para marcar diferencia. Retirar el comodato otorgado en fast track a los hermanos José Carlos y René Vives sería un paso firme hacia la rendición de cuentas.

Más aún, reconocer que el estadio fue un error y redirigir los recursos hacia la atención de las inundaciones que hoy afectan a miles de veracruzanos sería una muestra clara de que las prioridades han cambiado.

Conclusión: gobernar es priorizar, no improvisar

Veracruz necesita más que obras vistosas: necesita infraestructura funcional, transparencia y decisiones que respondan al bienestar colectivo. El caso del estadio Luis Pirata Fuentes es una lección de lo que ocurre cuando se gobierna sin prioridades claras. Y hoy, más que nunca, es momento de corregir el rumbo.

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