La crisis de los Aguacateros de Peribán

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El fútbol mexicano enfrenta un nuevo foco de atención que no proviene de la cancha, sino de los despachos legales. En medio de los preparativos para el próximo mundial que tendrá sede en México, un escándalo sacude a un club con historia en Michoacán: los Aguacateros de Peribán. La institución, liderada por Irrahel Romero, ha sido señalada por presuntas actividades de lavado de dinero y evasión fiscal, lo que amenaza con escalar hacia un conflicto de alcance internacional.

Lo más alarmante no son solo las prácticas financieras, sino el entorno de intimidación y opacidad que se ha generado dentro del club. Varios jugadores han denunciado que reciben pagos en efectivo, sin contratos formales, y que han sido amenazados si revelan las irregularidades de las que son testigos diariamente.

Dobles contratos: una bomba de tiempo para la FMF

Uno de los aspectos más delicados es la revelación de que algunos futbolistas firmaron dobles contratos, una práctica que está expresamente prohibida por los estatutos de la FIFA. Esto no solo vulnera los derechos laborales de los jugadores, sino que puede acarrear graves sanciones deportivas y legales al club, y por extensión, a la Federación Mexicana de Fútbol (FMF), encabezada por Iván Sisniega.

La situación ha llegado a tal punto que varios integrantes del equipo han recurrido a la Asociación de Futbolistas Profesionales en busca de asesoría. Algunos de ellos aseguran que se les prometió libertad para salir del club si surgía una oportunidad en otras ligas, promesa que nunca se cumplió. Por el contrario, ahora enfrentan un bloqueo sistemático que les impide continuar su carrera profesional.

¿Qué puede hacer la FMF ante la crisis de los Aguacateros de Peribán?

La crisis de los Aguacateros de Peribán no puede ser ignorada. La FMF tiene la responsabilidad de actuar con rapidez y transparencia para evitar consecuencias mayores. Si no se toma acción pronto, no solo se estaría protegiendo la impunidad, sino también poniendo en riesgo la reputación del fútbol mexicano a nivel internacional.

Este caso podría atraer la atención de la FIFA, liderada por Gianni Infantino, en un momento donde la diplomacia deportiva es clave para preservar la imagen del país como anfitrión del próximo mundial. No es el momento para escándalos, y mucho menos para la permisividad ante prácticas ilegales dentro del deporte.

Un llamado urgente a la rendición de cuentas

Mientras los reflectores apuntan a los grandes escenarios y preparativos del mundial, es urgente no perder de vista lo que ocurre en las divisiones inferiores y en los equipos regionales. La legalidad y el bienestar de los jugadores deben ser prioridades innegociables.

Si se permite que clubes como los Aguacateros de Peribán operen al margen de la ley, todo el sistema del fútbol nacional se ve comprometido. La FMF debe investigar con seriedad, sancionar con firmeza y establecer mecanismos que garanticen la integridad del deporte.