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En México, mover mercancías de un punto a otro es más un acto de fe que un proceso logístico. Las empresas cruzan los dedos para que el camión llegue a tiempo, los clientes esperan con incertidumbre sus pedidos y los transportistas lidian con carreteras peligrosas, largas esperas y márgenes cada vez más apretados. En medio de este panorama, la llegada de Flete.com —la versión mexicana del unicornio brasileño Frete— podría marcar un antes y un después en la manera en que entendemos el transporte de carga.
El modelo que trae bajo el brazo no es nuevo, pero sí urgente: un loadboard o bolsa digital de carga que conecta directamente a transportistas con empresas que necesitan mover productos. Lo que en apariencia suena simple, puede tener un impacto enorme. En Brasil, donde la compañía nació en 2013, Frete opera con más de 900 mil camiones activos y mueve un volumen bruto anual de 14,000 millones de dólares. Su promesa es optimizar el uso de cada unidad, reducir costos hasta en 25% y hacer hasta 50% más rentable la labor de los transportistas.
Aquí es donde la cosa se pone… interesante. En México, el transporte de carga terrestre tiene un reto estructural complejísimo: la alta rotación laboral de los conductores. Según la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (Canacar), más del 15% de las plazas disponibles en el sector quedan vacantes cada año. Las razones van desde la oposición a jornadas extenuantes, baja rentabilidad y, sobre todo, inseguridad. Como resultado, la ecuación se vuelve: menos conductores disponibles, más retrasos en las entregas y mayores costos logísticos para las empresas.
Tener más plataformas como Flete.com puede ayudar a romper ese ciclo al ofrecer condiciones más atractivas para los transportistas —cargas constantes, rutas optimizadas y pagos más claros—, lo que a su vez mejora la confiabilidad del servicio para las empresas. Pero hay un elemento igual de importante que no depende de la tecnología: la seguridad en las carreteras.
México sigue siendo uno de los países con mayores índices de robo al transporte de carga en América Latina, un problema que no solo pone en riesgo vidas humanas, sino que frena la adopción de modelos logísticos más eficientes. Si el país quiere capitalizar al máximo la llegada de jugadores en el sector logístico, necesita acompañar esa modernización con inversiones públicas en infraestructura, vigilancia y políticas que protejan a quienes hacen posible que las mercancías lleguen a su destino.
La digitalización por sí sola no resolverá los desafíos del sector, pero sí puede ser el catalizador de un cambio profundo. Y, ya que México es un jugador global tan importante a nivel mundial, contar con un sistema logístico más inteligente, seguro y rentable es sumamente necesario.

Periodista de investigación con más de una década de experiencia en economía y finanzas. Apasionada del ecosistema emprendedor, comunica y analiza los temas de relevancia para el sector Pueden encontrarla en sus redes sociales y en adeydenv@gmail.com
