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- México avanza lentamente en la regulación de la inteligencia artificial, careciendo de una legislación integral y una estrategia nacional clara, mientras otras potencias ya implementan marcos robustos; el país enfrenta un rezago normativo que podría limitar su competitividad y soberanía tecnológica.
- El Primer Festival de Cine OLED en la Cineteca Nacional celebra la animación mexicana como expresión cultural e identitaria, combinando tecnología de vanguardia con narrativas sobre pueblos originarios, y ofreciendo una plataforma formativa y de visibilidad para creadores locales.
REALIDAD AUMENTADA
Adrián Campos
DESDE HACE TIEMPO la inteligencia artificial (IA) redefine industrias, gobiernos y sociedades, pero México parece avanzar timorato en este rubro.
Aunque el discurso oficial está lleno de entusiasmo, la realidad es que el país aún no cuenta con una legislación integral que regule el desarrollo y uso de esta tecnología disruptiva.
Mientras tanto, potencias como la Unión Europea, Estados Unidos y China ya han implementado marcos normativos robustos y estrategias nacionales que colocan a la IA en el centro de su competitividad global.
Mientras apenas, en estos días, la Comisión de Análisis sobre Inteligencia Artificial del Senado mexicano concluyó una serie de conversatorios con expertos de empresas como Google, Meta, Microsoft y Amazon Web Services.
El objetivo: construir una propuesta legislativa que podría presentarse en septiembre. Sin embargo, este esfuerzo, aunque valioso, llega tarde. La IA no espera, y el rezago normativo de México es evidente.
A nivel internacional, la Unión Europea aprobó en 2024 el Reglamento de Inteligencia Artificial (UE 2024/1689), que clasifica los sistemas de IA por niveles de riesgo y establece obligaciones claras para su desarrollo y uso.
En contraste, México apenas discute si debe tipificar como delito la suplantación de identidad mediante IA o si los empleadores deben capacitar a sus trabajadores en competencias digitales.
Además, aunque existen iniciativas como el Sandbox Regulatorio de IA, impulsado por la Academia Mexicana de Ciberseguridad y Derecho Digital (AMCID), su alcance es limitado. Este entorno de prueba busca adaptar las regulaciones a los desafíos reales del uso de IA, pero aún no se traduce en políticas públicas concretas.
La Alianza Nacional de Inteligencia Artificial (ANIA) propuso en 2023 una agenda nacional que abarca desde derechos digitales hasta innovación industrial. Sin embargo, esta hoja de ruta no ha sido adoptada oficialmente por el gobierno federal.
Mientras tanto, países como Canadá, Corea del Sur y Singapur ya ejecutan estrategias nacionales con inversión pública, incentivos fiscales y alianzas universidad-industria.
En el plano legislativo, México ha mostrado interés en participar en marcos multilaterales como la Convención Marco del Consejo de Europa sobre IA y Derechos Humanos, pero aún como observador. Esto parece ser muestra de voluntad política, pero que no se ha traducido en acción concreta, nada raro en nuestros gobernabtes.
El problema no es la falta de ideas, sino la falta de ejecución. México necesita con urgencia:
- Una ley marco de inteligencia artificial que proteja derechos humanos y fomente la innovación.
- Una estrategia nacional de IA con metas claras, presupuesto asignado y coordinación interinstitucional.
- Un enfoque ético y centrado en el ser humano, que garantice la inclusión digital y evite la reproducción de sesgos algorítmicos.
La inteligencia artificial no es una moda pasajera. Es una transformación estructural que definirá el futuro del empleo, la educación, la salud y la seguridad. Si México no actúa con decisión, corre el riesgo de convertirse en un simple consumidor de tecnologías extranjeras, sin voz ni voto en su diseño ni en sus consecuencias.
Gemelos Digitales
EN UN PAÍS donde la riqueza cultural es tan vasta como su geografía, el Primer Festival de Cine OLED en la Cineteca Nacional representa mucho más que una experiencia visual: es un acto de reconocimiento a la animación mexicana como vehículo de identidad. LG Electronics, en colaboración con el festival de animación Pixelatl, que bien conduce José Iñesta, e IMCINE, ha logrado fusionar innovación tecnológica con narrativas profundamente humanas, proyectando más de 30 cortometrajes que celebran los pueblos originarios y sus tradiciones. Este festival no solo ofrece una pantalla de última generación, sino una plataforma para talentos emergentes y consagrados como Dominique Jonard o René Castillo. La curaduría, dividida en programas como “Infancias” y “Rituales y Costumbres”, permite redescubrir nuestras raíces desde la estética del cine animado. Tuve oportunidad de hablar con Daniel Aguilar, director de comunicación corporativa de LG Electronics, que me explicó que además habrá talleres y charlas sobre stop motion, fanzines y animación comunitaria, que buscan abrir espacios de formación y diálogo. En un país donde la industria de la animación aún lucha por consolidarse, iniciativas como esta son vitales para visibilizar el arte que nace desde lo local y se proyecta al mundo. El cine OLED no solo muestra imágenes con nitidez impresionante; muestra quiénes somos. Y eso, en tiempos de homogeneización digital, es un acto de resistencia cultural. Dense una vuelta desde este 5 al 8 de junio en la Cineteca Nacional.
Reportero interesado en la tecnología y los negocios. Edito el portal dariocelis.mx, escribo y conduzco en otros medios especializados en tecnología de la información. Me pueden localizar en mis redes sociales y mi correo electrónico adrian.campos@dariocelis.mx