42.7% de los casos de discriminación hacia los adultos mayores ocurre en el entorno laboral

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A pesar de constituir un grupo significativo de la población en México, las personas mayores continúan siendo víctimas de prejuicios que limitan su bienestar, sus derechos y su participación activa en la sociedad. El edadismo, una forma de discriminación basada en la edad, afecta a millones de personas mayores tanto a nivel nacional como global, sometiéndolas a estereotipos y barreras que condicionan su calidad de vida.
La Realidad del Edadismo en México
Esta forma de exclusión no es menor. La Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) revela que el 17.9% de las personas mayores de 60 años en México han experimentado discriminación debido a su edad. Esta cifra evidencia la persistente invisibilización de un sector clave de la sociedad, cuyas experiencias y derechos son frecuentemente ignorados o minimizados, en gran parte por los prejuicios derivados de la crono normatividad.
“La crono normatividad establece expectativas rígidas sobre cómo debe ser el envejecimiento, lo que conduce a la exclusión y desvalorización de los adultos mayores”, explicó Eduardo Ortiz Reynaga, director de Koltin México, una empresa de origen mexicano que, además de ofrecer cobertura de salud privada, busca impulsar un modelo de envejecimiento positivo, digno y centrado en la persona para redefinir la vejez.
Manifestaciones del Edadismo
El edadismo se manifiesta en múltiples dimensiones. En el ámbito laboral, muchas personas mayores enfrentan barreras para conseguir empleo o son despedidas injustificadamente. Según la Comisión Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), el 42.7% de los casos de discriminación hacia los adultos mayores ocurre en el entorno laboral, lo que impacta directamente su autonomía económica y desarrollo personal.
Además, esta discriminación también afecta el acceso a servicios esenciales como la salud y el bienestar. La falta de atención médica adecuada y la negación de derechos básicos, como el acceso a medicamentos y apoyos sociales, perpetúan las desigualdades. De hecho, el 20.9% de las personas mayores en México ha reportado que se les ha negado algún derecho en los últimos años, siendo la atención médica uno de los servicios más afectados.
El impacto del edadismo también alcanza la vida afectiva y sexual de las personas mayores. Como señala Areli Pérez Carrizosa, médico geriatra del equipo de Koltin, “la sociedad tiende a ver la vejez de manera negativa, asociándose con la incapacidad, lo que limita las oportunidades para que los adultos mayores vivan relaciones afectivas y sexuales satisfactorias”.
La Necesidad de un Cambio de Paradigma
El edadismo no solo vulnera derechos, sino que también refuerza una visión excluyente y reduccionista de la vejez. Por ello, Ortiz Reynaga subrayó la urgencia de cuestionar estos prejuicios arraigados y trabajar por una sociedad donde todas las personas, sin importar su edad, puedan ejercer plenamente sus derechos y participar en todos los ámbitos de la vida social, laboral y afectiva.
Finalmente, Ortiz Reynaga enfatizó que envejecer no es sinónimo de desaparecer. Es fundamental promover un modelo de envejecimiento positivo y digno, centrado en la persona, para redefinir la vejez y garantizar que las personas mayores puedan disfrutar de una vida plena y activa.