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En agosto de 2024, México recibió 6,087 millones de dólares en remesas familiares, el segundo monto más alto registrado en la historia, solo superado por el récord de junio de este mismo año, con 6,207 millones de dólares. De acuerdo con el Informe de Migración y Remesas realizado por BBVA este aumento representa un 9.3% más respecto al mismo mes del año pasado, consolidando agosto como uno de los meses más destacados en cuanto a la llegada de estos recursos.
Gran parte de las remesas que llegan a México provienen de Estados Unidos, país donde reside el 95% de la población migrante mexicana. BBVA menciona en su estudio que uno de los factores más relevantes que ha impulsado el incremento en el envío de remesas es la fluctuación del tipo de cambio entre el peso mexicano (MXN) y el dólar estadounidense (USD). En agosto, el peso mexicano se depreció un 5.4%, incentivando a los migrantes a aprovechar este contexto para enviar más dólares, que se traducen en mayores montos en pesos.
El impacto de las remesas en los hogares mexicanos
Los hogares que reciben remesas en México muestran ciertos comportamientos financieros que los distinguen del resto de la población. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Salud Financiera (Ensafi) 2023, el 56.8% de las personas que reciben remesas tienen ahorros, en comparación con el 51.8% de aquellos que no los reciben.
Sin embargo, predomina el ahorro informal. Del total de hogares receptores de remesas, el 30.9% ahorra de manera informal, mientras que solo el 7.9% lo hace exclusivamente en instituciones financieras. Este comportamiento refleja la necesidad de educación financiera para promover el ahorro formal, que puede ofrecer mayor seguridad a largo plazo.
Menor acceso al crédito formal
Un dato interesante que revela la Ensafi es que las personas en hogares receptores de remesas tienen menor acceso a productos crediticios. Solo el 39.3% de estos hogares cuenta con algún tipo de crédito, en comparación con el 42.1% en hogares no receptores. Esta diferencia puede deberse a varios factores, como la falta de comprobantes de ingresos formales o una menor necesidad de crédito debido a los ingresos que provienen del extranjero.
El BBVA señala que la autopercepción sobre las habilidades financieras también es menor entre quienes reciben remesas. El 59.2% de ellos tiene poca o ninguna confianza en su habilidad para administrar su dinero, frente al 54.2% de quienes no reciben este tipo de transferencias. Esta desconfianza subraya la importancia de la educación financiera como una herramienta clave para mejorar la salud financiera y fomentar la inclusión en el sistema financiero formal.
Si bien las remesas representan una fuente crucial de ingresos para millones de hogares en México, su impacto en la salud financiera es complejo. Aunque quienes las reciben tienen mayor libertad financiera gracias a sus ahorros, enfrentan desafíos en términos de control, resiliencia y seguridad financiera.