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Índice de Flotación
LA SEGUNDA OLA de calor de la temporada que azota a nuestro país ha puesto en jaque a la CFE.
Produjo un escenario de apagones, que han afectado a varios estados del país y ha puesto de manifiesto una realidad innegable: la fragilidad de nuestro sistema eléctrico nacional.
Esta situación no solo ha generado molestias y trastornos en la vida cotidiana de los ciudadanos, sino que también ha encendido las alarmas en el ámbito empresarial respecto a la competitividad del país.
En este contexto, la Coparmex CDMX, que preside Armando Zuñiga, aboga por la participación de empresas privadas en el sector energético como algo relevante.
Esta propuesta, aunque pueda generar controversias, no debe ser descartada de manera apresurada.
Es innegable que la entrada de privados al mercado energético podría aportar una serie de beneficios, entre los que destaca la posibilidad de cubrir el déficit de electricidad de manera más eficiente y ágil.
La inversión en nuevas centrales eléctricas, tanto públicas como privadas, no solo contribuiría a asegurar un suministro más estable, sino que fomentaría la diversificación de fuentes de energía, incluyendo las renovables.
Sin embargo, es importante abordar esta cuestión con un enfoque integral y cuidadoso.
La apertura del sector energético a la inversión privada debe ir acompañada de un marco regulatorio sólido que garantice la transparencia, la equidad y el respeto al medio ambiente.
Además, es fundamental que se promueva la participación activa de las comunidades locales en la toma de decisiones relacionadas con proyectos energéticos, respetando siempre sus derechos y su entorno.
Por otro lado, es necesario reconocer que la solución a los problemas del sector eléctrico no pasa únicamente por la participación del sector privado.
El gobierno tiene la responsabilidad de fortalecer la infraestructura y modernizar el sistema eléctrico nacional, así como promover políticas que impulsen la eficiencia energética y el desarrollo de tecnologías limpias.
En definitiva, la crisis energética que enfrenta México es un llamado de atención que requiere acciones concretas y coordinadas por parte de todos los actores involucrados.
La participación del sector privado puede ser parte de la solución, pero debe ser abordada con responsabilidad y pensando en el interés público a largo plazo.
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Darío Celis
