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Mercado Aéreo
Nuevamente se presentó una reforma a la ley de aviación civil que busca prohibir la sobreventa de vuelos y cancelar los cargos extras que hacen las aerolíneas por selección de asientos y equipaje de mano. La propuesta fue presentada por las senadoras del Partido del Trabajo, Geovanna Bañuelos de la Torre y Lizeth Sánchez García.
No es la primera vez que los legisladores tratan de modificar estas prácticas que son comunes en prácticamente todos los países del mundo. Con el pretexto de beneficiar al consumidor, México se convertiría en uno de los muy contados países donde están reguladas estas prácticas que terminarían impactando negativamente el costo de los boletos de avión. Las líneas aéreas nunca pierden.
La práctica de sobreventa ocurre a nivel mundial. Las aerolíneas venden más boletos de los asientos que tiene una aeronave, es decir, comercializan boletos en exceso para obtener la máxima rentabilidad posible considerando que históricamente los factores de ocupación nunca llegan al 100 por ciento. Todas las compañías aéreas analizan con la mayor presición posible la capacidad ociosa en sus vuelos.
Es una realidad que la sobreventa, particularmente en temporadas altas en el año como semana santa, navidad o verano, ocasiona que muchos pasajeros no puedan abordar su vuelo. Pero la historia que no se cuenta es que también mucho pasajeros aceptan las alternativas que las línea aéreas ofrecen a pasajeros voluntarios como cupones de descuento en la compra de otro vuelo o cupones para pago de estadía y comidas a cambio de que liberen asientos.
En México el artículo 52 de la ley de aviación civil ya regula la posibilidad de que los pasajeros se nieguen a renunciar a su asiento en el avión. Mientras que la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA) ha manifestado su postura en el sentido de que las líneas aéreas no tienen posibilidad de vender asientos que por alguna razón quedaron vacíos en el vuelo, por que no se presentaron los pasajeros al abordaje o que hayan decidido no utilizar el vuelo.
Los pasajeros nacionales o extranjeros con vuelos desde y hacia México pagarán el costo de una sobreregulación por parte de los legisladores, pues las aerolíneas al no poder comercializar los asientos vacíos encarecerán el precio de los boletos de avión. No hay que olvidar que la industria aérea es uno de los sectores donde la oferta y demanda funcionan en tiempo real.
Finalmente, tratar de regular nuevamente los cargos por equipaje de mano pone una limitante a los ingresos que las líneas aéreas reciben y que especialmente para las empresas de bajo costo representa una entrada importante de recursos. Para empresas mexicanas como Volaris que lleva Enrique Beltrarena, VivaAerobus de Juan Carlos Zazua e incluso Aeroméxico de Andrés Conesa, este rubro es cada vez más importante.
Y aunque la tentación de querer ayudar a los pasajeros con menores costos o menores molestias al tomar un vuelo pareciera una buena intención por parte de los legisladores, en el fondo lo único que lograrían indirectamente es aumentar los precios de los boletos de avión. ¿Será que los legisladores del PT y sus aliados lo entiendan algún día?
Darío Celis
