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La reindustrialización ha dejado de ser una aspiración para convertirse en una prioridad estratégica en Europa y Estados Unidos. Tras décadas de deslocalización y dependencia de cadenas de suministro globales, las empresas están rediseñando sus operaciones para acercar la producción a sus mercados, reducir riesgos y responder a nuevas exigencias geopolíticas, económicas y ambientales.
De acuerdo con el estudio “El resurgimiento de la industria manufacturera: Estrategias de reindustrialización en Europa y Estados Unidos”, realizado por Capgemini, este cambio de paradigma no solo responde a las lecciones aprendidas durante la pandemia o a las tensiones comerciales con China, sino también a una visión de largo plazo que busca fortalecer la soberanía industrial, impulsar la innovación tecnológica y avanzar hacia una economía más sostenible.
Factores que impulsan la reindustrialización
Entre los principales motores de esta transformación se encuentra la necesidad de fortalecer la resiliencia de las cadenas de suministro. En 2025, el 95% de los ejecutivos encuestados por Capgemini identifican esta presión como un factor clave. Las interrupciones logísticas, los conflictos internacionales y la volatilidad del comercio global han puesto en evidencia la fragilidad del modelo actual.
A esto se suma la creciente preocupación por la seguridad nacional y la estabilidad geopolítica. El 90% de los líderes empresariales consideran que las tensiones internacionales son un argumento de peso para reindustrializar. Además, la proximidad a los clientes se ha convertido en una ventaja competitiva: el 92% de los ejecutivos valoran la cercanía como una forma de mejorar la eficiencia, reducir tiempos de entrega y personalizar la oferta.
La sostenibilidad también juega un papel central. El 60% de los encuestados considera que las largas cadenas de suministro contribuyen a mayores emisiones de carbono y a una mayor presión sobre los recursos naturales.
Estrategias adoptadas por las empresas
Las organizaciones están optando por modelos mixtos que combinan reshoring, nearshoring y friendshoring. En 2025, el 56% ha invertido en producción cercana y el 73% considera que el friendshoring —producir en países aliados— será una vía clave para el futuro.
La inversión en tecnologías avanzadas es otro pilar fundamental. El 84% de las empresas planea adoptar soluciones como inteligencia artificial, automatización, gemelos digitales y análisis de datos para reducir costos, aumentar la eficiencia y acelerar la transición hacia fábricas inteligentes.
La sostenibilidad, por su parte, se integra desde el diseño. Muchas organizaciones están adoptando principios de economía circular, como la reducción, reutilización y reciclaje, para minimizar el impacto ambiental y mejorar la resiliencia operativa.
Obstáculos y oportunidades
A pesar de sus beneficios, la reindustrialización no está exenta de desafíos. El 62% de los ejecutivos anticipa un aumento en los costos iniciales, especialmente en capital, mano de obra y energía. Sin embargo, también se espera una reducción en los costos logísticos gracias a la proximidad de las operaciones.
La escasez de talento es otro reto importante. El 86% de las organizaciones reconoce que necesitará una fuerza laboral más calificada, especialmente en áreas como inteligencia artificial, automatización y ciberseguridad. Para enfrentar esta brecha, muchas empresas están invirtiendo en formación interna, alianzas con universidades y programas de capacitación técnica.
El apoyo gubernamental también será clave. El 65% de las empresas planea financiar sus estrategias mediante subvenciones, incentivos fiscales y asociaciones público-privadas. Tanto EE.UU. como la Unión Europea están destinando miles de millones de dólares y euros para fomentar la reindustrialización como motor de crecimiento económico y seguridad estratégica.
Inversiones y destinos prioritarios
En los próximos tres años, se espera que las inversiones en reindustrialización alcancen los 4.7 billones de dólares, frente a los 3.4 billones registrados en 2024. Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, México, India y Vietnam se perfilan como los principales destinos para nuevas fábricas, centros de datos y plantas de energía limpia.
Además, sectores como la automoción, la electrónica, la energía y la industria farmacéutica están liderando esta transformación, con planes ambiciosos para construir gigafábricas, modernizar instalaciones existentes y diversificar sus cadenas de suministro.