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La llegada del Tren México-Querétaro representa una oportunidad histórica para transformar la movilidad y el desarrollo urbano de la ciudad. Sin embargo, esta decisión se encuentra atrapada entre dos visiones opuestas: rescatar la antigua estación de Alcanfores o crear una nueva terminal en terrenos vinculados a intereses privados.
Alcanfores: una estación con historia y futuro
Ubicada estratégicamente, la terminal de Alcanfores no solo es una joya arquitectónica de la época dorada del ferrocarril, sino que también cuenta con una reserva territorial de 12 hectáreas. Este espacio permitiría absorber el flujo de pasajeros, habilitar zonas comerciales, estacionamientos y servicios modernos, todo sin necesidad de grandes inversiones adicionales.
La Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF) ya contempla esta zona como la más viable, tanto por su valor patrimonial como por su funcionalidad logística.
El proyecto alternativo: intereses privados y costos desproporcionados
A pesar de las ventajas de Alcanfores, algunos grupos empresariales, con respaldo político, promueven la construcción de la terminal en el Campo Militar. Esta propuesta implicaría urbanizar desde cero una zona sin infraestructura, construir un paso a desnivel con un costo estimado en miles de millones de pesos, y afectar la operación de la Terminal de Carga de Querétaro, un nodo logístico clave.
Los terrenos cercanos al Campo Militar pertenecen a particulares que verían incrementado el valor de sus propiedades, lo que ha generado sospechas sobre los verdaderos motivos detrás de esta alternativa.
La Terminal de Carga: pilar del desarrollo industrial queretano
Desde 1943, Querétaro ha sido un polo industrial. En 1964, el Gobierno Federal consolidó esta vocación al establecer bodegas de ANDSA junto a la 17ª Zona Militar. Con la firma del TLCAN en 1988, se creó la primera Terminal Interior Intermodal de Carga privada del país, aprovechando la infraestructura existente.
Esta terminal ha sido clave para el crecimiento económico de la región, gracias a su excelente conectividad ferroviaria y carretera.
Un plan urbano ignorado: la deuda con la infraestructura vial
En 1996, el Plan de Desarrollo Urbano clasificó la terminal de carga como Equipamiento para el Transporte (ET) y propuso vialidades para armonizar el tránsito urbano. Sin embargo, estas obras nunca se realizaron, lo que ha generado conflictos con fraccionamientos como Las Teresas, desarrollados sin conectividad propia.
La vialidad federal conocida como Av. San Juan, construida en los años 40 para atender la zona militar y a la empresa estatal ANDSA, sigue siendo utilizada para el tránsito de carga, a pesar de los intentos por desacreditar su uso.
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