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Apostar por la diversidad siempre será rentable
Expediente Startup
Andrea Deydén
“Ojalá te toque vivir en tiempos interesantes”, reza una antigua maldición china que, actualmente, parece estarse cumpliendo. En semanas recientes, las cosas se han puesto interesantes para los programas de diversidad, equidad e inclusión (DEI), que durante años fueron vistos como una alternativa para atraer a todo tipo de talento a la mesa.
Ahora, alentados por las políticas del gobierno de Estados Unidos, empresas de todos los tamaños han ‘sacado el cobre’ y evidenciado que su compromiso con la diversidad está solo en el discurso. Otras, en cambio, se han puesto firmes y abogado por mantener los pilares de su cultura organizacional intactos, pese al ruido que se genera al exterior.
En el ecosistema startup, también se ve una separación.
Las empresas que están convencidas de los beneficios de negocio y sociales que tienen la diversidad, la equidad y la inclusión se están separando de las que no. Su congruencia será, sin duda, premiada por los consumidores más conscientes. Sin embargo, a medida que los programas DEI se vuelvan un ‘nice to have’, más que una obligación entre las empresas del ecosistema, algunos temen que su compromiso social sea interpretado como un reto para crecer.
El escenario no es descabellado. Muchos Venture Capital, aceleradoras y fondos empresariales nunca han dado en el clavo cuando se trata de DEI. Y esto se refleja en la falta de homologación de criterios o prácticas, las tendencias de [inserte cualquier color] washing y en los propios sesgos entre los inversores cuando hablan con un o con una fundadora.
Pero, en medio de los “tiempos interesantes” que toca vivir, hay que recordar que históricamente el sector ha sabido encontrar respuestas a las preguntas que empresas más consolidadas ni siquiera se han hecho. Y que las inversiones a largo plazo deben contemplar, necesariamente, soluciones sustentables en donde los consumidores se sientan representados.
Para eso, es fundamental seguir pensando en los programas DEI como parte de los pilares de una cultura empresarial donde todas las personas traen lo mejor de sí a la mesa y no solo en función de “alineación con el negocio” o en réditos.
Sin duda, el panorama luce desafiante para las startups que decidan abrazar la diversidad en momentos en los que la opinión empresarial cambia, pero al final, no hay nada más representativo del ecosistema que desafiar el status quo cuando este no responde a las necesidades. Y esa certeza es lo que transforma las maldiciones en espacios de oportunidad.