El impacto del COVID-19 en la salud mental y el papel del CBD como alternativa terapéutica

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Durante la pandemia por COVID-19, el CBD emergió como una opción terapéutica para enfrentar la ansiedad, el estrés y los trastornos del sueño. Conoce su impacto y beneficios.

A cinco años de la emergencia sanitaria: una mirada al pasado

El 31 de marzo de 2020, la Consejería Jurídica del Ejecutivo Federal emitió un acuerdo que marcó un antes y un después en la historia reciente de México: se declaró como emergencia sanitaria el brote de COVID-19. Esta enfermedad, causada por el virus SARS-CoV-2, tomó al mundo por sorpresa y obligó a millones de personas a modificar radicalmente su forma de vivir, trabajar y relacionarse. El aislamiento extremo, las pérdidas humanas y la incertidumbre generalizada generaron un impacto profundo no solo en la salud física, sino también en el bienestar emocional de la población.

La salud mental en crisis: cifras que alarman

De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), tan solo en 2020 se registró un aumento del 27% en desórdenes depresivos y un 25.6% en casos de ansiedad a nivel global. Estos trastornos fueron impulsados por factores como la pérdida de seres queridos, el miedo al contagio, la inestabilidad económica y, sobre todo, la desesperanza frente al futuro. En este contexto, muchas personas comenzaron a buscar alternativas para sobrellevar el malestar emocional. Una de las opciones que cobró relevancia fue el uso de productos derivados del cannabis, particularmente aquellos que no tienen efectos psicoactivos, como el CBD (Cannabidiol).

¿Qué es el CBD y por qué se volvió tan popular?

El CBD es un compuesto natural extraído del cáñamo industrial. A diferencia del THC, no produce efectos eufóricos ni alteraciones cognitivas. Su popularidad creció durante la pandemia debido a su potencial terapéutico en el tratamiento de trastornos mentales y del sueño. Según Raúl Elizalde, CEO de HempMeds, “el mercado de cannabis se vio beneficiado durante la pandemia, especialmente el de productos no psicoactivos como el CBD, ya que las personas encontraron en este compuesto un aliado para cuidar su bienestar emocional”.

Evidencia científica que respalda su uso

Diversos estudios han demostrado los beneficios del CBD en la salud mental. Uno de los más citados es el realizado por el Dr. Scott Shannon en 2019, en el que se observó que el 79% de los pacientes que utilizaron CBD redujeron sus niveles de ansiedad en el primer mes de tratamiento. Además, el 66.7% mejoró la calidad del sueño. Otro estudio, liderado por el Dr. Lucas Elms, reveló que el 91% de los pacientes con trastorno de estrés postraumático experimentaron una disminución del 28% en la gravedad de sus síntomas tras ocho semanas de tratamiento con cannabidiol. Estos resultados posicionan al CBD como una alternativa prometedora para quienes enfrentan trastornos emocionales, especialmente en contextos de crisis como el vivido durante la pandemia.

Un mercado en expansión… pero con desafíos

Durante el confinamiento, las ventas globales de productos de cannabis aumentaron un 45% en comparación con el mismo periodo de 2019. Este crecimiento fue impulsado por la necesidad de encontrar soluciones naturales y accesibles para el cuidado de la salud mental. Sin embargo, en México, el desarrollo de esta industria se ha visto limitado por la falta de regulación clara y la desinformación que aún persiste en torno al uso medicinal del cannabis. Muchas personas desconocen los beneficios del CBD o lo confunden con sustancias psicoactivas, lo que genera estigmas y frena su adopción.

Compromiso con la salud y el bienestar

Desde HempMeds, se reconoce el esfuerzo del personal de salud que arriesgó su vida durante la pandemia y se reafirma el compromiso de seguir promoviendo el acceso a información científica y confiable sobre los cannabinoides. “Nuestro objetivo es que cada vez más personas puedan mejorar su calidad de vida con productos seguros y eficaces. Estamos abiertos al diálogo con las autoridades para avanzar hacia una regulación que permita a la población acceder a soluciones terapéuticas basadas en evidencia”, concluye Elizalde.

Darío Celis